¿Cómo fue tu primer contacto con la música electrónica en Ibiza y qué te impulsó a dejar la costa para mudarte a la isla?
En realidad, cuando llegué a Ibiza en el año 2000, yo era un simple principiante como DJ de pista. En realidad, era DJ de radio. Trabajaba en una emisora en la Costa del Sol y me encantaba la música electrónica. Había una buena escena allí en esa época, pero me apetecía probar una temporada en Ibiza y cambiar de aires. Acepté un trabajo en Ibiza en Coastline Café para la temporada; terminó y se me hizo corta. Además, surgió otra oportunidad importante: continuar trabajando en la radio de Ibiza. En esa época solo estaba Cadena 100, donde pude hacer mi primer programa de música electrónica y donde empecé a involucrarme con la escena local del momento. Era una época muy buena, y eso me dio la oportunidad de conocer a gente muy interesante, apoyar el talento local y empezar a pinchar en los grandes clubes. Mi conexión con los compañeros fue total desde el primer día; me trataron de forma muy hospitalaria y sentí que encajaba muy bien aquí. Así que decidí quedarme… ¡y ya han pasado 25 años! Qué loco, ¿no?
Has compartido decks con leyendas como Carl Cox y Solomun en Space y Ushuaïa. ¿Cuál ha sido el set más inolvidable de tu residencia en la terraza del atardecer de Space y por qué?
Sí, en aquella época todos estos DJs pasaban por la radio y teníamos oportunidad de intimar con ellos y hacer cosas juntos. Tanto Solomun como Carl Cox, cuando tuve la oportunidad de pinchar con ellos, conectaron con mi onda, y tanto ellos como sus managers han sido personas a las que les ha gustado apoyar el talento. No tuvieron ninguna duda de darme ese espacio privilegiado del cual estaré siempre agradecido.
Respecto a los sets en la terraza de Space… imagínate, no había uno malo. Había una energía preciosa y, cuando tocaba el mismo Carl Cox en la terraza, aquello era increíble. No solo Carl, sino todo su team, así como toda la gente que trabajaba en Space, hacían que aquello fuese una súper experiencia. Había mucha alegría en el ambiente.
Quizás el momento más memorable de Space, aparte de la residencia en la Sunset Terrace con Carl, fueron las aperturas, aniversarios y cierres… pero sobre todo el último cierre. Fuimos convocados para pinchar 30 minutos cada uno, pero nadie vino detrás de mí, así que yo seguí pinchando horas y horas… hasta que amaneció y solo quedaban abiertas la Main Room y el salón donde yo estaba tocando. Cuando terminé, fuimos a la Main Room y allí estaba Carl Cox tocando junto a Fanciulli la última canción que sonó en Space: Angie Stone – Wish I Didn’t Miss You.

Fundaste Ibiza Sonica hace casi 20 años. ¿Qué consejo le darías a un joven locutor o DJ emergente que sueña con crear su propia plataforma en la escena de Ibiza?
Le diría que mire las tendencias, pero que no copie. Que sea original en su ejecución y tenga estilo propio. Ser la copia de la copia de la copia es trabajar con la identidad de otros. Le diría que sea fiel a sus principios y a lo que cree, y que luche por ello con paciencia y trabajo. Y que busque a su público. Si el producto es bueno, funcionará si le dedica la inversión, el tiempo y la energía necesarios.
Como promotor de eventos underground, ¿qué rol tiene tu visión de la música electrónica? ¿Crees que existe una comercialización excesiva en Ibiza?
Hay una constante evolución en la música y tendencias muy claras, así que sí, hay que tener cierta visión para poder actuar con perspectiva. Y si quieres ir a por la tendencia, no queda otra que jugar ese juego. Yo he sido más de ofrecer alternativas.
Respecto a la comercialización de Ibiza, pues sí… pero como todo. Todos los paraísos se ven corrompidos por su imagen en las redes. Pero, de todas formas, lo que ves es lo que buscas. Los algoritmos tienen bastante claro cuáles son tus gustos, incluso en negativo: aunque algo te guste verlo solo para criticarlo, eso cuenta como que te gusta verlo. Es así de triste.
Así que, si me preguntas por la comercialización de Ibiza, yo te hablo de la fiesta de entrada gratuita que hacemos todos los domingos en Las Dalias, donde hay nuevos talentos pinchando y la gente se lo pasa bomba. A mí me atrae mucho más esa parte alternativa.

Has vivido la Ibiza pre-2008 (Space, DC-10 puro) y la Ibiza de 2025, con clubes de 80 millones de euros. ¿Qué cosa de la “vieja Ibiza” echas de menos hasta el punto de que duele?
No creas que añoro tanto el pasado. Aquella Ibiza tenía cosas maravillosas, pero esta Ibiza también. Ibiza no es la misma que antes, pero yo tampoco. Mejor que Space y DC-10 eran incluso Pin Up, Manumission Motel, Mr. Cairo, Konga, Mao Rooms… y otros tantos.
¿Y ahora? Con Akasha, Las Dalias, Pikes, 528, Tomodachi y otros sitios que son alternativas reales… con actividad musical impresionante en Tierra Iris, Juntos Farm, Gardens of Light… Ibiza es isla de muchas islas. Se puede vivir al margen de los grandes clubes, e incluso los grandes clubes tienen espacios más alternativos, como el Apartamento de UNVRS. En todos estos sitios hay un ambiente muy especial, muy lejos de la comercialización que se ve en redes. Ningún tiempo pasado fue mejor: solo diferente.
En mi caso, y respecto a tu pregunta, quizá echo de menos la improvisación que había al salir de fiesta. Antes todo fluía sin planes; ahora hay que tenerlo todo mucho más atado, y la improvisación no es tan flexible. Pero, de nuevo, puede que sea yo, que soy menos de improvisar… La isla sigue igual.
Saliendo de la isla: Burning Man también ha sido un pilar en tu vida, con visitas anuales e incluso llevando al equipo de Akasha. ¿Cómo ha influido esa experiencia en tu curaduría musical?
No solo en la curaduría musical, que sí, porque allí ves realmente a los artistas en su versión más pura… Me ha influido en mi propia personalidad, confirmando cosas sobre los seres humanos que necesitaba ver con mis propios ojos. En mi caso, ir allí me convierte en mejor persona.
El papel que juega la música dentro de la experiencia es considerable, pero intento sacar más de lo otro: de la relación entre las personas y de la pureza de los actos, más que de las sesiones en sí… que de esas tengo todos los días 😉.
Me siento parte de ello desde su parte más profunda, que tiene que ver con formatos de vida utópicos que se alejan de lo que vivimos cada día. Te invito a que leas los 10 principios en los que se rige esta contracultura y que los apliques en tu día a día. Para mí, Burning Man es todo el año.

En términos de múltiples proyectos: ¿cómo mantienes el equilibrio entre tu rol como DJ, director de radio y padre de familia?
Es un equilibrio complejo que no siempre funciona tan fino como me gustaría. Tengo que hacerlo flexible para apoyarme donde más se necesita. La suerte es contar con una familia que lo entiende, lo comparte y lo disfruta de forma incondicional, porque entiende que es así. La clave es que el tiempo, en cada momento, sea tiempo de calidad, y no despistar las necesidades de cada papel que represento. Dar lo máximo en todo. No podría hacer una sola cosa, pero a veces llevar tantos trajes es extenuante.
Más allá de tu exquisito gusto por la música y tus habilidades técnicas, sabemos que en tu obra hay un mensaje. ¿Cuál es el legado que quieres dejar en tu viaje musical?
Cada vez que selecciono música para pincharla lo hago desde el punto de vista de cómo me afecta a mí la sensación que me produce la canción. Ese es el filtro principal. Hay canciones con melodías o ritmos diseñados para provocar ciertas reacciones al escucharlas. Ese es el trabajo principal: contar con un buen grupo de canciones con fuerza narrativa.
Una vez tienes esa preparación previa y las playlists lo suficientemente trabajadas para tener buenas herramientas, yo solo trato de construir la sesión según el momento, el lugar, la situación del público y lo que le espera antes y después de mi actuación. La misión, el mensaje, la finalidad es bastante simple: vamos a pasarlo bien este rato.
