Katársis Electrónika

La visión de Carla Luque sobre la música electrónica actual

Por Guido Mikielievich

 

En un panorama musical en constante transformación, la música electrónica no solo evoluciona en sonidos, sino también en formas de conectar con el público, construir carrera y generar impacto. Hablamos con Carla Luque, Co-Founder y Marketing Director de TheBeat Hub y experta en comunicación y estrategia para artistas, sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector en la actualidad.

 

Desde la profesionalización del ecosistema hasta la importancia de las redes sociales y la construcción de marca personal, Carla ofrece una mirada honesta, actual y profundamente útil para quienes quieren vivir de su pasión sin perder el rumbo.

 

¿Cómo ves el estado actual de la escena electrónica a nivel nacional e internacional?

 

Veo una escena hiperactiva y con grandes contradicciones. Cada vez más eventos y cada vez más dificultad por parte de los promotores para llenarlos (incluso con grandes artistas en el cartel, DJs con fees desorbitados que no venden ni 300 tickets, una importancia cada vez mayor de las redes sociales por parte de la industria pero un deseo en aumento por parte del público de lo contrario: fiestas sin teléfonos, sin pantallas, con más conexión real.

También estamos viendo una profesionalización cada vez más clara en el sector. No solo en los artistas, sino en toda la gente que trabaja alrededor. Hoy ves departamentos de comunicación especializados en música electrónica, equipos de contenido, estrategias de lanzamiento planificadas al detalle… Esto antes existía a un nivel mucho menor, y ahora está generando empleo y trayendo talento de otros sectores al nuestro.

Además, están apareciendo nuevas figuras muy potentes, como los creadores de contenido especializados en electrónica, que están educando, entreteniendo y creando comunidad. Y también, se nota el crecimiento de nuevos medios de comunicación de nicho que están profesionalizando el discurso y ofreciendo nuevas vías de visibilidad para artistas y marcas.

Es un gran momento para quien sepa leer el contexto, pero también un momento donde improvisar sale caro

 

¿Qué cambios más importantes has notado en la forma en que los artistas de música electrónica se promocionan en los últimos años?

 

Lo más evidente es el paso de depender de terceros a convertirse en su propio medio de comunicación. Antes esperabas a que te programara un club o te firmara un sello, ahora tienes artistas construyendo carrera desde TikTok o vendiendo música de manera independiente.  El foco ha pasado del exposure al control. El storytelling, la constancia en redes y la comunidad que creas pesan tanto (o más) como tu habilidad en cabina.
Esto último no es algo que comparta férreamente, por lo que en nuestra visión en TheBeat Hub, está la de apostarºº, primero por lo musical y acompañarlo por una buena promoción después. Y nunca al contrario.

También creo que poco a poco los artistas se van dando cuenta de esta corriente y son conscientes de que las oportunidades han de crearlas ellos mismos, sin esperar a que nadie venga y les descubra. El que no entienda esto ya, está condenado a quedarse fuera.

 

¿Qué rol crees que juegan hoy en día las redes sociales en la carrera de un DJ o productor emergente?

 

Crucial. No se trata solo de publicar, sino de generar conexiones reales, mostrar tu identidad artística y, sobre todo, mantenerte en el radar. Las redes son tu escaparate, tu club diario y tu mini documental en tiempo real. Eso sí, si no hay una estrategia clara detrás, pueden terminar quitándote más energía que dándote resultados.

 

¿Qué errores comunes ves que cometen los artistas electrónicos en su comunicación?

 

Uno de los más habituales es intentar agradar a todo el mundo o copiar lo que hacen otros. Hay demasiado “más de lo mismo” en lugar de buscar una identidad real. También sigue habiendo mucho miedo a mostrarse: muchos artistas piensan que solo deberían hablar de música o que mantener un aura de misterio es lo que vende. Y la realidad es que el público conecta con personas, no con perfiles vacíos.

Otro problema importante es que, como industria, vamos con años de retraso respecto a otras escenas como el pop, el urbano o incluso el indie. Seguimos creyendo que con subir un cartel y un teaser de 15 segundos ya estamos comunicando. Y no: hoy, quien entienda la comunicación como una herramienta estratégica tiene una ventaja competitiva enorme. Porque siempre va a ir un paso por delante.

También hay una mentalidad muy arraigada de no invertir. Nos dejamos miles de euros en equipos, plugins y librerías, pero no se ve como normal invertir en un filmmaker, en un equipo de marketing, en formación o en alguien que te ayude a pensar una estrategia a largo plazo. Y eso es un error. 

La comunicación no es un extra, es parte del proyecto artístico. Y cuando los artistas entienden eso, su carrera empieza a tener otro ritmo.

 

En un mercado tan saturado, ¿qué consejos darías para construir una marca personal sólida en el mundo de la electrónica?

 

Primero, entender que tú no eres solo un DJ: eres una marca, un proyecto y una visión. Define qué quieres representar y para quién. Después, sé coherente y constante. No se trata de inventarte un personaje, sino de amplificar lo que ya te hace especial. Y muy importante: rodéate de gente que te complemente. Construir marca es trabajo de equipo.

 

¿Cómo afecta el auge de plataformas digitales al desarrollo de nuevos talentos en la electrónica?

 

Las plataformas han democratizado el acceso, pero también han elevado brutalmente el nivel de ruido. Hoy puedes lanzar un track desde tu habitación y que se escuche en cualquier lugar del mundo… pero también estás compitiendo con miles de artistas que hacen exactamente lo mismo cada día. El reto ya no es solo estar, es destacar, y eso no pasa por casualidad: necesitas estrategia, una identidad clara, y la capacidad de interpretar los datos que te ofrecen esas plataformas para tomar decisiones inteligentes.

Además, no se puede pensar en las plataformas de música de forma aislada. Spotify o Beatport no son lugares de descubrimiento, son lugares de consolidación. Para que alguien llegue ahí, antes tiene que haberte encontrado en otro lado (salvo contadas excepciones). Y ahí es donde entran las redes sociales: son la puerta de entrada, la primera capa de impacto, y una herramienta clave para arrastrar tráfico hacia tus lanzamientos.

 

¿Qué tendencias nuevas ves en la promoción de música electrónica que crees que dominarán en los próximos años?

 

Una tendencia que me parece interesante es el regreso a lo real. Cada vez más público está saturado del postureo digital y busca experiencias más humanas. Eso está haciendo que resurjan los eventos pequeños, las comunidades cerradas, las fiestas secretas… Y que los artistas que son capaces de crear este tipo de experiencias íntimas estén destacando mucho más que los que solo buscan volumen.
En promoción, eso se traduce en que lo relacional vuelve a importar: los mensajes personalizados, las activaciones físicas, las dinámicas que hacen sentir parte de algo. 


¿Qué consejo le darías a un artista de música electrónica que quiere empezar a construir su proyecto en 2025?

 

Que desde el minuto cero, entiendan que su carrera es una empresa. No es solo un proyecto artístico: es una estructura que necesita estrategia, recursos y decisiones inteligentes. Cada paso que des debería tener una intención clara detrás.

Habrá momentos en los que harás cosas por puro valor creativo, otros por posicionamiento, y otros por empuje económico para poder reinvertir. A veces esos intereses chocan entre sí, y por eso es fundamental tener una hoja de ruta clara. Esto no va de explotar en seis meses. Va de construir una carrera que te permita vivir de lo que amas sin quedarte por el camino.

 

La entrevista con Carla Luque deja una reflexión clara: hoy por hoy, el talento es solo una parte de la ecuación. Entender el contexto, apostar por una visión a largo plazo y rodearse de las personas adecuadas es tan importante como saber mezclar un track. La escena electrónica está llena de posibilidades, pero también exige estrategia, autenticidad y acción, para quienes estén dispuestos a asumir ese reto, el futuro suena prometedor.